viernes, 31 de octubre de 2008

Sólos para siempre

Creo que son cerca de las 4 de la mañana y hace un frío que mata. Es esa clase de frío que te llega hasta los huesos y puedes incluso sentir como te va invadiendo por dentro y acabas tiritando. A pesar de ir caminando, sin un rumbo bien establecido pero con la intención de llegar a casa, el frío hace tiempo que me ha ganado su particular batalla contra mi. Normalmente no estaría para ponerme a reflexionar sobre mi vida en estos momentos, más centrado en mi propia supervivencia que en otra cosa y concentrado en entrar en calor con cada paso que doy. Desde hace una hora recorro las avenidas desiertas de gente pensando que por enésima vez, mis supuestos amigos íntimos, se han reído a mi costa y me han vuelto a humillar. Me invade un extraño calor por momentos, debe ser que la rabia e ira que por unos instantes he sentido, se ha convertido en energía y llama para pelear el frío. Me gustaría poder acertar en que momento de mi vida he sido el más tonto del lugar, en que soplo de incomprensión me he dado cuanta que estoy rodeado y a la vez solo desde hace tantos años. No podía ser de otra forma y me han vuelto a infravalorar en mi propio grupo de gente, más preocupados estos en sus propios logros personales, que en la preocupación por el individuo más cercano. Personas que no tienen los arrestos o atrevimientos de poder mirar más allá de su propio ombligo. Probablemente porque de hacerlo se darán cuenta de que son unos canallas y durante toda su vida se han comportado como unas viles personas. De mirar más allá de si mismos, podrán comprobar que son lo peor de esta sociedad: la falta de compañerismo, amor y sobre todo mínima preocupación por lo que te rodea. Tal vez sea que está escrito en mí ser diferente en ese aspecto, y por lo tanto, tiendo a preocuparme por la gente que importa, o con la que por lo menos has permanecido desde tu infancia. Personas como digo, sin valor para enfrentarse a la vida, más preocupados por su propia autosatisfacción que les da miedo el resto. Cobardes y miserables personas con negra alma. También puede que empezar a desembarazarme de personas a diestra y siniestra sea desde hace tiempo la mejor forma de pintar mi vida. Apartamos a las personas con las que no contamos y a pesar de tener que convivir con ellas te importa una mierda porque, han aparecido puntuales destellos de amistad en tu vida que han significado más que lo aportado por el resto en toda tu mísera existencia. En un preciso lugar, en una hora concreta se darán cuenta de que son unos auténticos trepas de la sociedad, movidos por el interés y por el favor, más que por el amor y la bondad. No quiero compasión, yo no la voy a tener. Desde hace dos días, he decidido dar carpetazo de verdad a esta etapa de mi vida. Voy a estar en este grupo de gente, simplemente por puro interés, apareceré cuando me venga en gana, desapareceré cuando no me apetezca que se sepa da mi, se contará conmigo en los momentos en los que yo quiera. Si, me he convertido en un cabrón con los que me importan verdaderamente una mierda pero, la vida me ha enseñado en que o matas o mueres y que el rollo de “vive y deja vivir” es una fantasía Disney. Me acerco ya a casa y las luces de la farmacia me despiertan de mi pequeño lapsus que he tenido, va siendo hora de llegar a casa, son prácticamente las 5 de la madrugada de un viernes de finales de Octubre. Estoy ya en casa. El calor de la cama me devuelve a mi calma y pienso en la gente que me aprecia y cuenta conmigo. No puedo evitar dormirme con la sensación de que no soy el único que se siente solo, todos ellos están solos y la diferencia es que ellos están SOLOS PARA SIEMPRE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.