martes, 23 de diciembre de 2008

Las cosas corrientes

La gente piensa que lo más importante en la vida es ver las cosas como son en realidad y de esa forma, sin darnos cuenta, todo lo que hacemos, todos los planes que diseñamos en nuestras mentes son una mentira. Cerramos nuestros ojos como si pensáramos que de esa forma el mañana nunca va a llegar y así no tendremos que hacer planes. La esperanza de que llegue un día mejor es la mayor mentira que existe y probablemente, sea la mejor de todas las cosas de la vida. Hay que seguir viviendo como si todo lo que haces tuviera un sentido, una orientación hacia un camino predeterminado en nuestras cabezas. Hay miedo al mañana porque la gente cree que si gana, entonces todo se acaba y hay que buscar nuevas metas. Muchas veces la mejor forma de entrar en lo desconocido es dando un pequeño rodeo que ya conoces. Como cuando vas a entrar en un bosque en medio de una noche sin luna, sin saber que peligros hay dentro de el pero sabiendo que puedes cruzarlo dando un pequeño rodeo por un camino que conoces. La mayoría de las veces es mejor hacer las cosas más corrientes que enfrentarte a algo desconocido, es mejor batir mil veces a un enemigo íntimo que tener que abrir nuevos frentes. Siempre que llegamos al punto de tener que empezar un camino nuevo tenemos en la cabeza el no parar hasta llegar, y no nos damos cuenta de que, dando pequeños rodeos podemos llegar hasta más allá de lo desconocido simplemente entrando por sitios que conocemos para no sentirnos en un territorio frío, solitario y peligroso. Lo mismo pasa con las personas, a veces llegamos a creer que ha llegado el un momento en el que hemos encontrado la oportunidad de ser otra persona y nos lanzamos a por ella. Pero si no funciona, nos pasamos el resto de la vida pensando en lo que podríamos haber sido y no hemos escogido ser. Intentamos ser sinceros y lo más probable es que nos manipulen, intentamos vivir sin contar con el pasado, como si no hubiera ocurrido y así seguir con nuestras vidas, pero esto es imposible. Hay momentos en que lo que necesitas es un recuerdo de como eran las cosas para que no se vuelvan a repetir ¿Qué convierte a un hombre en lo que es? ¿Qué tiene más peso: las peores cosas que has hecho o las mejores cosas que quiere hacer? ¿O son todas las buenas intenciones, que terceras personas han frustrado, las que realmente te hacen la persona que eres? Cuando te encuentras en la mitad de tu vida y estás aún muy lejos de tu destino ¿Cómo vas de la persona en la que te has convertido a la que podrías haber sido? Cuando todo en tu vida va sobre ruedas, es fácil creer que las cosas pasan por algo, es fácil tener fe. Pero cuando las cosas van mal es muy difícil mantener esa fe, cuesta no preguntarse por qué razón pasan las cosas. Incluso aunque sepamos que nunca encontraremos ciertas respuestas, tenemos que seguir haciéndonos las preguntas. Así somos, insurrectos, sublevados, amotinados, rebeldes, levantados contra la vida hasta el fin.

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