miércoles, 17 de diciembre de 2008

Esperanzas

- No hay nada que quieras contarme que me apetezca saber - dije en tono seco y frío
Ser adulto está sobrevalorado, me doy cuenta a pesar de que considerarme adulto sea matar parte de mi infantilidad, y de alguna manera, la chispa de mi vida. Cuando te haces mayor te das cuenta de que no hay que tener miedo a fracasar en la vida. Fracasa o cometer un error es mejor que no haberlo intentado. A veces lo que esperas es peor en comparación con lo que llega, pero la mayoría de las veces suele ser al revés, es mejor de lo que esperabas. La razón por la que nos aferramos a la esperanza es que lo que esperamos nos mantiene vivos, nos mantiene con fuerzas y en pie para seguir esperando, aguantando cualquier tormenta por la simple fortaleza de la esperanza. Esperar no significa que vaya a llegar un punto y final, sino un comienzo nuevo en nuestras vidas. - Lo cierto, es que tengo una razón para como actuamos el otro día y…- las palabras de Raúl sonaron tan huecas como cuando cae una piedra en una fosa oscura, tan honda como las almas de muchas personas que viven, por desgracia, en el mundo - lo siento, teníamos dos opciones y no supimos… - Si es todo cuanto vas a decirme…no tenemos nada más que hablar - sentí como suspiraba y apartaba su vista de mi, cogía sus cosas y se marchaba por la puerta. Llevo más de un lustro en manos de personas que me han tratado como un títere, abriéndome el pecho y decidiendo mi vida. No me han dado ni la oportunidad de tomar decisiones propias y para una vez, para una puñetera vez, que puedo decidir, tengo que elegir entre seguir como hasta ahora o empezar una nueva vida. - Sólo era decirte que lo sentíamos - dijo mientras salía - no tenemos más que decir, elige tu si quieres seguir hablándonos o no. - Las palabras tienen poco sentido si son tan forzadas y obligadas por los pocos hígados que habéis tenido para decirme las cosas a la cara - levanté la vista de forma pausada hasta clavar mis ojos lo más fríamente que pude en los suyos - Lo que elijo es mi vida, lo que elijo es Yo. Yo soy quién se levanta y tiene esperanzas, yo soy quién sabe en quién puedo confiar y quién no, yo tengo sueños, tengo deseos, tengo sentimientos. ¿Y vosotros? ¿Habéis llorado por amor? ¿Os habéis emocionado alguna vez por un detalle de un amigo? ¿Conocéis las palabras honor, fidelidad y lealtad? No, mi querido compañero. No me digas que elija cuando si tengo que elegir, me elijo a mi. A diferencia de vosotros yo se que estoy rodeado de gente falsa y manipulable, vosotros aun no sabéis de donde puede caeros la puñalada trapera que os hunda. Si tengo que luchar no contaré con vosotros. No hay nada más triste que una persona sin esperanza por nada. Ahora que ya tomo mis decisiones propias, ahora que mi corazón es solo mío, late y funciona, no pienso pedir cuentas a nadie. Tampoco espero que vengan a pedírmelas a mi por mis acciones. Mi vida me pertenece, fluye a través de mi sangre, puedo hacer lo que quiera y cuando quiera, y esto es lo mejor de todo. Un sabio dijo una vez: puedes tener lo que quieras si sacrificas todo lo demás. Lo que en verdad quería decir, es que no hay nada que no tenga un precio, así que... antes de luchar más vale que pienses lo que quieres perder. A menudo si se nos elige a nosotros y no al contrario, el sacrificio puede ser mayor de lo que podemos soportar.

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